La toxina botulínica, más conocida como Botox, es una sustancia que
ha ganado una inmensa popularidad en el campo de la medicina estética
en las últimas décadas. Originalmente, fue desarrollada para tratar
problemas neurológicos, pero con el tiempo, su uso se ha ampliado
considerablemente, convirtiéndose en una sustancia utilizada
comúnmente en tratamientos estéticos para mejorar la apariencia
facial como la eliminación de arrugas.
Pero, ¿Qué es lo que realmente hace en el rostro?
¿Cómo funciona y cuáles son los beneficios que ofrece?
En este artículo, ¡te explicamos los efectos de la toxina
botulínica en la cara!
¿Cómo funciona la toxina botulínica?
Esta sustancia funciona bloqueando las señales nerviosas que
normalmente le indican a los músculos que se contraigan.
Cuando se inyecta en la cara, paraliza temporalmente
los músculos específicos que causan las arrugas
y las líneas de expresión.
Esta relajación muscular permite que la piel sobre
estos músculos se suavice y se vuelva menos propensa
a mostrar signos de envejecimiento.
¿Cómo se aplica en el rostro?
Este procedimiento lo realiza a través de un proceso de
inyección en el cual un médico especializado
utiliza una aguja muy fina para inyectar
pequeñas cantidades de la toxina
en los músculos específicos
del rostro. El objetivo es afectar sólo los músculos
responsables de las arrugas, mientras se preservan las
expresiones faciales naturales.
Duración y mantenimiento
de los resultados
Por lo general, los resultados comienzan a ser
visibles entre 3 y 5 días después de la inyección,
alcanzando su efecto máximo en unas 2 semanas.
Este efecto de parálisis muscular es reversible y
suele durar entre 3 y 6 meses, dependiendo
del individuo y de la dosis utilizada. Con el tiempo,
los efectos desaparecen gradualmente a medida
que las conexiones nerviosas se regeneran y el
músculo recupera su capacidad de contraerse.
Principales efectos de la toxina
botulínica en la cara
Reducción de las líneas de expresión: Las líneas de expresión,
como las arrugas de la frente, las líneas del entrecejo y
las patas de gallo alrededor de los ojos,
son las áreas más comunes tratadas con esta sustancia.
Al relajar los músculos responsables de estas líneas,
las reduce visiblemente, proporcionando una apariencia
más suave y juvenil.
Elevación de cejas: Puede usarse para lograr un efecto
de elevación de cejas, lo que da un aspecto más abierto
y despierto a la mirada. Esto se consigue inyectando
la toxina en áreas estratégicas alrededor de las cejas.
Mejora del contorno facial: En algunos casos,
el Botox se aplica en los músculos de la mandíbula
para reducir su tamaño, lo que resulta en un rostro
más afinado y estilizado.
Suavización de las arrugas del cuello: Con el envejecimiento,
es común que se formen bandas verticales en el cuello.
La toxina botulínica puede suavizar estas bandas al
relajar los músculos que las causan, mejorando
el aspecto general del cuello.
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